Tengo un televisor que si lo enciendo ya no me veo.
Tengo un televisor, sólo para recordar que mi propia vida es el mejor programa que puedo elegir,
y que más me vale ponerle creatividad para que no baje el rating de mi mismo.
Un programa cuyo guión yo mismo debo escribir, con cada pequeña decisión, y a cada segundo.
Si va a ser de aventuras o ciencia ficción, romance o tragedia, es una elección que yo hago,
no algo que simplemente me sucede.
Y si acaso en este extraño intento me aburro, en buena hora, porque ya no quiero entre-tenerme.
Prefiero ese tiempo vacío que a veces desgarra, porque es justo ahí cuando todo se agrieta, y se hace posible.
Es ahí cuando “me tengo”, aunque sea en la desazón de no saber qué hacer. En ese fugaz momento de infinito fastidio,
en que me doy cuenta de la insoportable levedad de mis “productivos” afanes.
Aquí y ahora, me atrevo a sostener un “aburrimiento intencional”, y quizás,
si con mucho trabajo y constancia, logro transformarme en testigo ecuánime de aquel vacío
que evade toda definición, podré acercarme aunque sea un poco al insondable misterio de mi existencia.
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2 comentarios:
Grandioso Benja!Muy lindas palabras que no son sinonimo de lo que algunas veces sientes, me conforta leerte y verme humano otra vez.
saludos
coni g w
Hola hermanito, me gusto mucho leer esa busqueda, eres autentico en lo que escribes y me encanta reconocer el lugar donde estas, se que esa misma tele muchas veces impedia la conversacion profunda con quien tanto amamos y nos amo y ya esta descansando y observando orgulloso, a sus pollos que siempre estan buscando y buscando y estoy seguro que el ahora esta haciendo porras para que nosotros disfrutemos aqui de la paz y libertad que el esta experimentandoalla en el cielo.
Te quiero mucho hermanito y estoy muy orgullosa de ti y se que Dios tiene planes maravillosos para tu vida y a traves de tu vida
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